Cómo recuperar mi dinero si soy accionista minoritario de Abengoa.

Abengoa
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A partir del año 2006-2007, algunas entidades financieras como el Banco Santander, el Banco Popular o Caixabank, a través de sus bancas privadas,  comenzaron a comercializar bonos, bonos convertibles y pagarés de la hoy agonizante Abengoa. Quienes los compraron, son los accionistas minoristas de Abengoa.

La comercialización de estos productos no tendría nada de particular si, como cabría esperar,  se hubiera realizado como una forma de financiación Business to Business.  La oferta de estos productos, con un interés muy atractivo pero también con un alto riesgo debe hacerse ante un público conformado por empresas expertas, con profundos conocimientos financieros y de mercado, precisamente por su complicación y riesgo.

Sin embargo, los bonos, bonos convertibles y pagarés de Abengoa  no siempre se comercializaron así, sino que las bancas privadas también se dirigieron a particulares y minoristas para ofrecerles estos productos que por naturaleza están enfocados a otro público.

Un  atractivo tipo de interés, una liviana formación del potencial cliente, falta de transparencia en la información y la no realización de los test de conveniencia e idoneidad fueron los elementos que se conjugaron para hacer la venta.

El resultado: cerca de 10.000 accionistas minoritarios de Abengoa afectados por los bonos, bonos convertibles y pagarés de la compañía con un promedio de 50.000€ de inversión por cabeza, lo que supone la recaudación aproximada de 50 millones de euros.

Por otra parte, las entidades financieras, al mismo tiempo que comercializaban estos productos entre particulares y minoristas, estaban cortando su línea de financiación a Abengoa. No creían en la compañía y decidieron, legítimamente, cerrar el grifo.

Se presentaba entonces un problema para los bancos. ¿Cómo recuperar los millones de euros que invertidos en la compañía andaluza? Las entidades financieras eran las principales acreedoras de Abengoa y, por tanto, también los principales interesadas en asegurar nueva financiación a la compañía.

Es entonces cuando diferentes bancas privadas comienzan a comercializar los bonos, bonos convertibles y pagarés de Abengoa y lo hacen  dirigiéndose a un público que quizá no podría pasar los test de conveniencia e idoneidad y posiblemente sin informar con total transparencia.

De esta forma, se estaba consiguiendo un triple objetivo: conseguir financiación para Abengoa del que el banco es acreedor, evitar el alto riesgo que implica su financiación y cobrar por la comercialización del producto.

Una jugada perfecta de no ser porque es posible reclamar a los bancos que comercializaron estos productos por vía judicial demostrando la nulidad del contrato por vicio de consentimiento y, de esta manera, recuperar la totalidad de la inversión realizada más los intereses legales. En el Bufete Salmerón sabemos cómo hacerlo, más de 10 años de experiencia en derecho bancario nos avalan. Si es un afectado, llámenos al 954.53.60.38 ó al 695.694.847 y le atenderemos sin ningún compromiso.

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